sábado, 18 de febrero de 2012

Empezar Proyectos Nuevos, Un Hasta Luego


Bueno, estoy en el avión, regresando a casa, pensando en todo lo que viví en estos 5 meses. Podría decir que estos meses han sido de los mejores meses de mi vida. He vivido muchas cosas y creo que he crecido mucho.

He querido escribir sobre muchas cosas en las últimas 2 semanas. Por falta de tiempo y por no querer que esta experiencia se acabe, no he podido escribir nada. He sentido muchas cosas y muchos sentimientos confundidos. Es como si parte de mi no se sentía parte del lugar en donde me encontraba, pero por otra parte se sentía parte de la comunidad que se formó con mis amigos. Fue muy difícil decir adiós, o hasta luego. Ha sido de las veces en mi vida donde he llorado mucho. Con solo pensar en los últimos momentos, me salen lágrimas de mis ojos cansados. Esos ojos que vieron a mis amigos juntos, por una última vez, en nuestra fiesta de despedida ayer por la noche. Era la última vez, esperamos vernos algún día, pero era la última vez, después de haber formado una familia con ellos.

Las despedidas son muy difíciles para mi, aunque sé que es parte de crecer y madurar, es parte de vivir la vida al mil por ciento, de la manera en la que me gusta a mí vivirla. Las despedidas empezaron el lunes, una semana antes de irme. Siento que ese lunes fue hace mil millones de años. He hecho tantas cosas que no puedo creer que eso paso hace nada más una semana.

Empecé a llamar a gente para despedirme, para decirles gracias por todo. El martes fue un día muy especial. Fue nuestro ultimo día de clases, esas clases que me encantan, esas clases donde no hay calificaciones ni certificados, son clases porque queremos aprender y nos gusta tratar de entender los problemas o conflictos que pueden haber en Israel. Esas clases de Hebreo, donde también para mi era un “recreo”, un lugar donde nuestras amistades crecían cada vez mas. Siento que esas clases de Hebreo me han motivado a aprender más sobre el idioma. Solamente llevo unas horas fuera de Israel y se me hace raro no pedir comida o un café en Hebreo, hay veces donde se me ha salido el “Efshar”.

Ese mismo martes fue el último día en el futbol. Fuimos a un partido en Casjin que es un pueblo árabe en el norte de Israel. El partido estuvo cardiaco, fue muy difícil ver cómo mi equipo estaba teniendo problemas. El entrenador se desmayó al final del partido. Lo que más me impresionó de él es que, aunque solamente faltaba 1 minuto en el partido, me metió al partido para que pueda jugar por lo menos 1 minuto en un partido oficial. Para mi eso fue muy importante y valioso. No fui a muchos partidos por compromisos del programa, el entrenador aun así hizo todo para que pueda jugar. Lo aprecié mucho. Después de todo el balagán que siempre se arma con estas chavas (tienen mucha pasión y les gusta gritar mucho), cuando estábamos apunto de irnos en el camión, le di una carta de agradecimiento al entrenador. Estaba muy feliz de haber podido jugar por lo menos un minuto y claro, estaba muy agradecida porque me había dejado ser parte del equipo de Holon. Aunque no jugué mucho, finalmente, me sentía parte del equipo. Todavía me sorprendió más el entrenador. Hizo que todas bajáramos del autobús para presentarme con el jersey del equipo en frente de todas. Fue un momento muy triste y alegre. Alegre porque me di cuenta que de verdad me querían mucho las chavas, (aunque son Israelíes y creo que no se muestra mucho el afecto), pero me sentí muy querida.  Traté de decirles gracias en Hebreo pero la emoción me ganó y no me salían las palabras. Fue algo muy bonito.

El miércoles fue un día también muy movido y muy difícil, pero feliz. Ese día le mande mensaje a Rafa diciéndole gracias por todo, es que la verdad fue alguien muy importante. Me ayudó muchísimo estando en Israel, creo que él no lo sabe. Fue difícil entender que ahora si no lo iba a ver en mucho tiempo, pero la vida sigue. También mis amigos Karen y Nathan, los del Ulpan se volvieron muy buenos amigos. Nos despedimos en casa de Josh con pitot y guacamole, al estilo Mexicano. También ví a Dalia, la amiga de mi mamá y también nos dijimos hasta luego.

El jueves, después de ver a mi prima Amelia, me despedí de mi amigo Palestino Marwan. Fui a Beit Lejem yo sola. Me dio una excursión del lugar y platicamos de la situación. Me encantó platicar con él. Espero regresar pronto y poder hablar más con el porque hay muchas cosas que él no sabe de la situación, como tampoco yo. Nos enseñan muchas veces las cosas de un lado, no de parte  de los dos, siento que ese es el problema. Es importante platicar con la gente y visitarnos para ver cómo viven.

El viernes fue un día muy emotivo. Fui a Gedera a visitar a mi amiga Shelly. Ella también estuvo en el accidente el viernes pasado. Estaba en su casa e hicimos pan Francés y platicamos. Ella es una amiga increíble. Le tengo muchísimo cariño. En el camino de regreso ví a mi prima Amelia en la estación y llegamos a casa. Cocinamos para mi último shabbat y tuvimos la cena. Esas cenas de shabbat son las mejores cenas. Hablamos de muchísimas cosas, nos reímos, platicamos de todo, cantamos y hacemos mil cosas. En este shabbat hacíamos caras de nuestros profesores, fue como un año en review. Contamos nuestras anécdotas. Estuvo increíble, aunque confieso que Al principio no me gustaba como eran las cenas, pero siento que esas cenas nos acercaron mucho y crearon a nuestra familia de Yafo. En la perashah e la semana, los judíos salían de Egipto e iban hacia Israel, creando nuevos caminos, de la misma manera en la que yo y mis amigos estamos haciendo. Literal, estoy acabando algo, pero algo nuevo empieza.

El sábado nos levantamos tarde y comí sándwiches con mi prima, empaque todas mis cosas que me faltaban, Después fuimos a caminar con los demás. Nos agarró la lluvia y tuvimos que correr, pero fue muy chistoso. Ese mismo sábado fui a cenar con Amelia. Fui a Haronsons, un lugar de sándwiches y de ensaladas y de pizzas pero de carne.

El domingo fue día de acabar de empacar, de las últimas compras, de prepararme. Vendí mi bici. Algo muy importante del domingo fue nuestro “talent show de Yafo”. Se supone que todos preparamos algo, y aunque no tengamos tanto talento, fue muy divertido. Beki nos enseñó diferentes poses, Melissa hizo un gran show con el aro, Elliot cantó, Sam y Rachel hicieron el baile de las lastimadas, Shaina y Sophie filmaron un video bailando ballet, por cierto muy chistosos. Yo hice un video donde pongo un collage de fotos y cosas que todos recordamos. Después les di a cada uno de mis amigos una carta diciéndoles gracias por todo y recordándoles que los quiero mucho.

El lunes fue el día más difícil. Empezó tomando mi último camión en Tel Aviv. Íbamos camino a Beth Daniel, un centro del movimiento Reformista. Nos hicieron actividades. La primera fue llenar formularios y decir qué parte cambiaría del programa y que me gustó. La segunda fue con Moshe. Vimos un video de judíos que han venido a Israel y platicamos si hemos cambiado o no. En ese momento me di cuenta que me iba a ir de Israel, que eran mis últimas horas ahí. Y sí, yo creo que he cambiado. Sigo siendo Sionista, pero quiero que Israel cambie su actitud ante algunas cosas (como por ejemplo inmigración), pero sigo sintiendo que debe de existir. También siento que mi conexión con el Judaísmo se apagó un poco estando en Israel, pero eso puede ser porque estuve mucho tiempo ahí. No sé.

Después tuvimos la actividad con Noa. Esa actividad me llenó de lágrimas. Primero íbamos en un círculo y decíamos 5 cosas de algo, por ejemplo, calles de Yafo, y esa pregunta le tocó a Shelly, después Shelley le preguntó a Shaina con otra pregunta y Shaina a mi  y así poco a poco. Las respuestas eran muy graciosas y las preguntas también. Después dijimos qué foto pondríamos en nuestra cama, como un collage de lo vivido en estos meses. Para mi es el que Shelly me regaló, que me encantó ese detalle. Pero también me llevaría todo porque sin todo, esta experiencia no sería la misma. Para que hayan momentos bonitos y para poder apreciar lo bonito, también hay que recordar lo triste o lo malo que alguna vez sentimos. Yo sentí y sigo sintiendo que extraño a mi familia, pero aprecio estar con mi familia de Yafo, de la misma manera que ahora los extraño. Es muy raro no estar ahí, escuchando hebreo,  no sé. La última actividad era cerrar los ojos y escuchar preguntas que hacía Noa. Las preguntas eran que si alguien a quién ves como un mentor, a alguien que es tu amigo, cosas así. Cada vez le dijo a 2 personas que  se paren para que toquen a las personas con lo que diga la respuesta. Yo la mayoría de las veces toque a todos, como todos tocamos a todos simplemente porque nos tenemos mucho cariño. Al final dijo sus últimas palabras Noa, diciendo qué bueno que muchos se quedan, que los que no, o sea yo y Sam nos van a extrañar. A todos se nos salieron las lágrimas. Nos estábamos despidiendo, no lo podía creer. Qué raro sentí en ese momento. Tanto cariño estaba creciendo en nosotros, yo, solamente la única que se iba de regreso a Estados Unidos, y con todo y todo todos se sentían tristes porque sabían que algo acababa y algo nuevo tenia que comenzar.

Lo más triste y emotivo pasó en la noche del lunes. Tuvimos una cena o fiestecita. Todos estábamos presentes, creo que es la primera vez que eso pasó en todo el tiempo. Eliah me dijo que cuando quiera me puedo quedar en su casa, que no lo dude regresar a Israel. Aunque no hicimos tantas cosas me cayó muy bien, me dio coraje no poder vivir mas cosas con él y con todos, claro. Sentí muy triste saber que ya tenía conmigo mis maletas, que era solamente cuestión de horas. Tomamos muchas fotos con labios, bigotes, lentes de cartón que hizo Melissa. Comimos, vimos un video que hizo Beki con video de parte de todos diciendo cosas del programa o diciendo cosas bonitas de algo del programa. Lo mas triste fue después del show de Melisa con los aros otra vez, todavía tenía 10 minutos más, pero empecé a decir adiós, o un hasta luego a mis amigos. Cuando me despedí de Sam me dio muy fuerte y entendí que era hora de irme. O sea, me dio muy fuerte y empecé a llorar como creo nunca he hecho. Solamente cuando me fui de México para vivir en Miami sentí despedirme de todos. Era una realidad. Me despedí de todos, fue un momento muy triste. Es que voy a extrañar a todos. Fueron tan lindos conmigo, fuimos tan unidos y me dio tristeza despedirme de ellos. Ellos se volvieron mi familia. Cuando ví a Rachel, ella también estaba llorando muy fuerte, wow, hasta siento escalofríos solamente recordándolo, pero es que me dieron mucho amor. Era una familia, aunque no sentía un hogar, siempre sentí la familia de Yafo. Cuando había un problema me iba con ellos, solamente estando ahí presentes mi día cambiaba. Aprendí muchísimo de ellos. No les quería decir adiós o hasta luego, quería quedarme pero el taxi nos esperaba a mí y a Josh. Gracias a D-os Josh vino conmigo en el taxi al aeropuerto. Él también tenía un vuelo al mismo tiempo.

En el camino pensé y platiqué con Josh sobre el programa. Ya se había acabado, todos los momentos y experiencias se habrán convertido en memorias. Llegamos al aeropuerto, hicimos check in y entregamos nuestras maletas y todo, vino Illil mi amiga a despedirme (lo cual agradecí muchísimo). Seguí con Josh no me quería ir, no quería regresarme para ir a mi sala, quería que esta aventura siguiera. Pues bueno, me fui, subí al avión dejando atrás todos los momentos, toda mi familia de Yafo.

No lo puedo creer, estoy feliz por haber vivido esta experiencia, feliz por haber encontrado a mis amigos que se hicieron mi familia, feliz y suertuda por haber tenido 5 meses tan intensos tan emotivos, llenos de cosas complicadas pero también cosas simples, esas cosas simples que hacíamos en el departamento solamente hablando de nosotros, de la vida en si. Son 5 meses que jamás voy a olvidar, siempre tendré conmigo. Y bueno, la vida sigue, los proyectos siguen, hay muchas cosas que todavía tengo que hacer... Seguimos pa’lante!

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