sábado, 24 de diciembre de 2011

Un Viaje Diferente de Coexistencia



Ayer regresé de un viaje de dos días. El viaje fue increíble porque visité lugares que no conocía y también fui con gente diferente.

Este viaje es parte de un proyecto de Israelíes y Palestinos. Es un viaje único y es exactamente lo que se necesita hacer para poder entendernos mejor.

El viaje fue a Cisjordania. Visitamos durante dos días dos lugares muy interesantes. El jueves nos tocó visitar Jericó y el viernes Beit Lejem. La gente eran Israelíes y Palestinos. Mi amiga y yo fuimos las únicas personas que éramos consideradas internacionales.

La verdad el viaje empezó el miércoles en la noche. Primero porque fue cuando nos quedamos en Jerusalem a dormir, para poder llegar a tiempo el jueves en la mañana a Bet Yala. Pero también porque no sabia si debía ir al viaje. Tenía mucho miedo de ir a Cisjordania. Pensaba que a lo mejor era mejor no ir al viaje. Quizás me convenía regresarme a mi casa. Para un judío ir a los territorios Palestinos puede parecerle muy  peligroso. Es como ir a la cueva del lobo. Yo me sentía feliz pero también con mucho miedo.

El jueves nos despertamos temprano, le llamé a Sarah (una organizadora), para saber si ella sabía como llegar. Después de un tiempo me dijo que mejor ella nos llevaba. No lo hizo de buen gusto porque le llamamos al último segundo, pero bueno. Llegamos a tiempo a Bet Yala, el lugar de encuentro. Bet Yala es un lugar en Cisjordania donde Israelíes y Palestinos pueden ir sin problema. Es parte de una área donde los dos tienen el permiso de entrar. Ya había llegado Noam, un Israelí de Tel Aviv. Poco a poco empezaron a llegar muchas personas. Empecé a platicar con Tder, un Palestino, primo de mi amiga Rawan que vive en Hebron.

Después de poner nuestras maletas en los cuartos, salimos a conocer Jericó. En el camino estuve platicando con una señora muy interesante. Se llama Elsheva. Ella es Etíope, Israelí judía y ella se mudó a Israel cuando tenía 4 años. Me la pasé hablando con ella mucho tiempo. Su familia se fue de Etiopia a Sudan y de Sudán a Israel. Todo esto les tomó años. Ellos iban en busca de Jerusalem, no sabían que Israel existía. Durante el camino vimos a Jerusalem desde Cisjordania, vimos Maalei Adumim que es un vecindario muy bonito de judíos a las afueras de Jerusalem. Es increíble qué tan cerca está de Cisjordania, literalmente es el borde de lo que es el lado judío y el lado Palestino.

Por fin llegamos al palacio de Hisham. El palacio está prácticamente destruido. Son unas ruinas lo que queda y los mosaicos que están son hermosísimos. Vimos una película que nos enseñaban lo que le pasó al castillo. Pasó un temblor y destruyó todo lo que había. Ahora solamente quedan piedras tiradas y algunas columnas. Nuestros amigos Palestinos nos contaban que han venido a este lugar. Habían 2 mosaicos, uno era de el árbol con las gacelas de un lado  y un león y una gacela del otro lado. Significaba el bien y el mal, lo que es aceptado y lo que no. Era muy interesante, y el mosaico estaba en lo que antes era el espacio del rey Hisham, donde él descansaba. De ahí nos fuimos a la montaña de la tentación.

En esa montaña había una Iglesia Greca-Ortodoxa. Estaba situada hasta arriba de la montaña. Cuando llegamos vimos a un grupo de Nigeria que venía en un viaje religioso. Eran muchísimos de ellos. No me dio tiempo de platicar con ellos, pero me pareció increíble ver a tanta gente haciendo un viaje religioso a Israel.

Nos fuimos en teleférico hasta arriba de la montaña. Me encantó la vista que teníamos. Era impresionante ver a todo Jericó en frente de nosotros. Cuando subíamos veíamos por la ventana la agricultura del lugar. Habían muchos plátanos y creo que también col. No nos dejaron entrar a la iglesia pero estuvo muy divertido porque platicábamos todos juntos acerca de lo que hacíamos, donde vivíamos. Le llamaron al padre para que nos dejara entrar pero no quería. Durante este tiempo ya estábamos más tranquilos todos. Parecía que ya nos estábamos conociendo mas.

Cuando finalmente no nos dejaron entrar a la iglesia, decidimos bajar dejando atrás a un paisaje hermoso. Era tiempo de ir a comer. Comimos en un lugar en el centro de Jericó. Se nos unió al grupo un joven Palestino, se llama Ussein. Nos ayudó en el restaurante, nos traía los platos y si necesitábamos algo, nos lo traía. Se portó muy bien, yo le dije que venga con nosotros a sentarse, pero no podía porque quería estar seguro de que nosotros la estemos pasando bien y estemos cómodos. Acabamos de comer (yo comí ensaladas con pan árabe y hummus porque preferí comer como vegetariana). Fuimos a un árbol. Ese árbol es importante porque fue donde Jesús hacía milagros de salvar a gente, pero lo más increíble es que la persona que nos estaba contando la historia, un Palestino, sabía que el grupo era un grupo Israelí y Palestino. Nos dijo que ellos quieren paz, que le digamos a nuestra gente que ellos quieren vivir en paz, sin más guerras. Dijo que todos somos parte de una nación, que nosotros creemos en 1 D-os y eso es todo lo que se necesita. Si creemos en el mismo D-os, entonces debemos de llevarnos bien entre nosotros. La verdad me impresionó cómo hablaba el señor, me encantó lo que dijo porque sinceramente sentía lo que nos decía. El árbol era lo importante del lugar, pero él sabía a quien le estaba hablando. A algunos de nosotros nos regaló fotos de Cisjordania. De camino al camión a mi se me ocurrió comer galletas. Me paré en una tienda donde otro participante también entró. El dueño del lugar era su amigo. Agarré unas galletas y pagué. Después de salir de la tienda, me di cuenta que no me había dando miedo entrar a la tienda.

Se estaba haciendo tarde, continuamos con nuestro recorrido y fuimos a un templo. El templo se llama Shalom al Israel. Parecía una casa común y corriente, pero adentro había un templo. Después de ver si podíamos entrar, nos dejaron entrar 5 minutos nada más para ver que había adentro. Entramos y había un sendero arriba del piso. Estaba un poco obscuro, pero me di cuenta que abajo de nosotros había un mosaico enorme. En el centro había una Menorah y escrito en Hebreo viejo decía Shalom al Israel o Paz a Israel. El templo es desde el sexto o séptimo siglo y fue descubierto en 1936. Ahora no hay nada adentro es solamente un cuarto con el piso de Mosaico. Desde 1967 hasta 1987 la gente rezaba ahí, pero por el acuerdo de Oslo, Israel tuvo que darle la propiedad a la Autoridad Palestina. Me encantó visitar un templo judío con Palestinos. Fue muy emocionante ver cómo los Palestinos también querían aprender sobre el templo y escuchaban con mucha atención a Nir, un participante que contaba la historia.

De ahí nos fuimos a un parque Español. Era un parque con muchos niños jugando y mucho espacio verde. Había una fuente. Nos sentamos todos en un círculo y unas niñas se acercaron. Empezaron a tocar su tambor y empezaron a bailar al ritmo árabe. Judíos y palestinos bailando mientras las niñas cantaban canciones. Cantaron una canción de Shakira (la del waka waka) y todos estaban aplaudiendo y viendo la convivencia. Fue muy emotivo ver eso.

Cuando las niñas se fueron nos sentamos en un círculo y empezamos a platicar del viaje. Unos dijeron que se sentían diferentes, que no sentían ningún miedo de estar en territorio palestino. Fue un día muy lindo y muy padre poder ser parte de este grupo.

Como no teníamos hambre, decidimos ir a caminar, en lugar de ir a cenar. Caminamos un rato por el centro de Jericó y platiqué con una señorita que está estudiando ciencias políticas en Israel. Esta haciendo su Maestría, su tesis es sobre los debates del Knesset sobre los refugiados en Israel. Era interesante lo que decía, la posición del gobierno en caso de que Israel absorba a tantos refugiados, esto no va a ser un estado judío porque después va a existir la integración de los judíos con los africanos y vamos a crear un pueblo diferente. Para mí, eso es una estupidez, pero bueno, el gobierno tendrá sus razones.

Cuando estábamos caminando veía a muchos hombres haciendo falafel, tiendas abiertas, pasó una pareja que se iba a casar, o se habían casado y los coches tocaban a todo lo que daba. Era una escena de un pueblo no muy desarrollado, pero al mismo tiempo haciendo cosas normales, como las que cualquier otro centro del pueblo haría. Gente vendiendo cosas, gente caminando. Vimos una iglesia y al lado de la iglesia había una mezquita. Exactamente en frente una de la otra. La iglesia tenía luces de Navidad. De ahí nos fuimos a tomar café. Yo pedí té. Nada mas costaba 4 shekels, no es nada, es 1 dólar y 10 centavos. Lo que más me gustó de esa parte del viaje es que platiqué con Ussein. Hablamos de la paz, qué era lo que faltaba. Él decía que es importante para ellos tener su propio estado. Él también quiere paz, no quiere tener puntos de control o checkpoints. Esa plática fue una de las pláticas mas interesantes de todo el viaje. Su familia vino de Nigeria y viven ahora en Jericó. Le gusta jugar basquetbol  y le gusta escuchar Hip Hop, estudia computación.

De regreso al hotel estaba pensando sobre el día que tuve. Veía lo que era Cisjordania, no hay mucha infraestructura, no hay edificios gloriosos como en Israel, se ve que la gente de ahí no tiene el mismo estilo de vida, pero con todo eso igual nos trataban increíble, los Palestinos querían que estemos muy alegres y muy cómodos. Veía la luces, pasamos por Betlehem y había mucha gente, pero por lo general las calles estaban vacías, no había tantas cosas que ver, pero yo veía cómo la gente vivía, las casas que tenían, etc. Comparando Israel y Cisjordania, creo que Cisjordania tiene que ser desarrollado mucho más. No sé si es porque Israel no deja que se construyan mejores casas, pero la construcción de las casas es un poco pobre. Pero hubo algo que no entiendo. En el mismo camino, un poco después de Beit Lejem habían unas casas muy grandes, enormes, tenían hasta jardines y estaban todas cerradas con barreras. Eran mansiones, estaban en las afueras, pero no entiendo cómo pueden existir esas mansiones cuando la mayoría de la gente vive en casas mucho más chicas y modestas.

Llegamos a Bet Yala y algo increíble pasó. Sacamos las Menorahs y empezamos a prender las velas de Hanukah, fue padrísimo ver a los palestinos escuchar con mucha atención el cuento de Hanukah, entendieron por qué prendemos 8 velas y por qué es tan importante esta fiesta para nosotros. Después de prender velas cantamos canciones. Estábamos todos abrazados, Palestinos e Israelíes, los Palestinos nos veían cómo cantábamos y los judíos cantaban.

Después se fueron los Palestinos y me fui a descansar para recargar pilas para el próximo día que era el día donde íbamos a conocer Beitlejem. Cuando llegué a mi cuarto, no podía entender qué es lo que había pasado. Todo el día estuvo lleno de emociones, me estaba encantando ser parte de un grupo que quiere paz.

Al otro día nos levantamos temprano, desayunamos en el hotel y fuimos a Beitlejem. Tenia curiosidad de cómo iba a ser de día porque de noche era muy lindo. La primera parada fue en las albercas de Salomón. En esas albercas se abastecía el agua hace muchos años. Eran 3 albercas enormes, una más grande que la otra. En lo que caminábamos por las albercas, platicaba con Elsheva acerca de la comunidad judía de México y la vida en Estados Unidos. Lo que me llamó la atención es que el lugar debe de ser cuidado porque podría ser considerado como un lugar histórico importante, pero parece que está siendo olvidado, no hay mucha seguridad y no hay nadie que esté cuidando, tampoco hay información escrita acerca de este sitio. Dicen que en unos años van a hacer hoteles al lado, pero lo veo difícil.

Después fuimos a Beitlejem. En ese lugar caminamos por las calles en la ciudad vieja. Me encantó caminar por ahí, es todo blanco y las calles no son muy estrechas, son muy chiquitas. En lo que íbamos en el camino platicábamos con todos, nos seguíamos conociendo unos a los otros. Pasaban los coches muy cerca a nosotros, el camino era muy chiquito y se veía muy viejito.

Por fin llegamos a la Basílica de la Natividad. Nos dieron una explicación del lugar. La mayoría de nosotros éramos, o judíos, o musulmanes, no teníamos tantas ganas de escuchar toda la historia, solamente por curiosidad o para ver qué es la Basílica es que estábamos ahí. Pero fue interesante escuchar lo que decían acerca del lugar donde nació Jesús. Entendí porque la gente quiere ir a la Basílica, es un lugar muy importante para ellos. Lo que más me gustó es la convivencia adentro de la iglesia. Rawan quería enseñarme algo, me dijo que vaya a ver, pero estábamos en el grupo, así que no pudimos ir, pero igual me encantó estar ahí un día antes de Navidad, había mucha gente de muchas partes del mundo y también vimos a una señora que trabaja en la televisión de Jordania, estaba haciendo su show desde Beitlejem. 

Después de esta visita, continuamos caminando. Cuando salimos, vi a Nir preocupado, estaban diciendo un discurso en árabe que decían que tengan cuidado con los infieles, o sea nosotros, por  eso nos tuvimos que ir rápido del centro. Caminamos a una universidad pero no pudimos entrar porque no habíamos hecho cita, entonces decidieron llevarnos a la pared donde se separa Israel de Cisjordania. En esa pared había mucho arte con aerosoles o grafiti, o sea toda la pared tenía mensajes de paz o de guerra, como lo quieran ver, de que los palestinos van a tener su propio estado. Le tomé muchísimas fotos a la pared porque sí estaba muy impresionada de todo lo que estaba escrito. 

Al lado compré una bufanda para Rachel, para nuestro amigo secreto. Después tuvimos una plática en grupo acerca de la situación que se vive. Nos contó el guía que ellos quieren paz, que ya no quieren tener separaciones, pero entiende también que tienen la separación porque ellos la provocaron. Dimos gracias y dijimos que esperamos que sigan los viajes porque son muy importantes para crear diálogos. Cuando acabó todo nos regresamos a Bet Yala y nos dijimos adiós. Había sido una experiencia increíble para todos los que pudimos estar ahí. Dijimos que íbamos a mantenernos en contacto y nos dijimos hasta luego.

Para mí, fue una experiencia increíble. No había mucha gente internacional mas que mi amiga Shaina y yo, los demás eran Israelíes o Palestinos. Ver el diálogo entre ellos fue muy bonito y me dio optimismo para poder ver más coexistencia. Espero ver más cosas así en el futuro para poder crear un Medio Oriente con más sensibilidad.


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